martes, 14 de diciembre de 2010

Me cambió el corazón de "quinceañera"

El día de hoy lo dediqué a la depuración de papelería, documentos, borradores, cartas, dibujos, etc.
Y topé (como cada año) con un sobrecito de papel maché (un sobre grande, en realidad), que contiene, entre otras mugres, ensayos de la prepa. Y como andaba con algo de tiempo, me dispuse a leerme, a recordarme, a reconocerme en la Gina de aquellos entonces.
Y lo que parecía un viaje nostálgico y sabroso se transformó en dos horas de risa imparable, mis exámenes de Anatomía todos reprobados, mis respuestas eran hilarantes, ya imagino a la maestra calificándome, no sólo estaban equivocadas mis respuestas sino que, además, eran inverosímiles, no tenían ni relación con la Anatomía. Son de esas cosas que veo, escucho o leo y luego me pregunto "¿andaba drogada?"

Luego siguieron mensajitos que parecían interminables entre mi amiga Paulina y yo, comentarios ridículos, mis sobrinas dirían que eso es de primaria; pero al parecer ni mi amiga ni yo recibimos el memo; ¡las cosas que nos escribimos, Santo Dios! me reí mucho.

Al final, vino lo mejor, una muestra fehaciente del cambio que se ha venido germinando en esta que escribe, un ensayo de Ética; me dio un poco de pena, pero al final la superé; mi manera de redactar, error garrafal, escribo tal como hablaba por aquellos años (todavía noventeros), el "o sea" y "yo la verdad.." aparecen casi en cada renglón; y ni qué decir de mi perspectiva de la importancia de la Filosofía en la vida actual, me fasciné al ver lo mucho que he cambiado, en cuanto a lo importante para mí, en  cuanto a mi visión de los demás y de mi entorno, en cuanto a mi modo de ver la vida y de vivirla.

Hoy, fue un gran día, no hay mejor testigo de lo que ha pasado conmigo que yo misma, porque no puedo mentirme, no puedo borrar lo escrito y eso ¡lo amo de mí! En mis diarios siempre he sido honesta, siempre me he escrito desnuda, sin velos ni romanticismos, el auto-engaño no está en mis genes. Así que eso me ha ayudado mucho, para comprenderme y mirarme (entonces y ahora).

jueves, 9 de diciembre de 2010

A propósito de mi cumpleaños

Fragmentos de lo escrito el pasado 7 de Diciembre.





Estaba lavando los trastes cuando "me cayó el veinte" de los regalos que he recibido a lo largo de éste año.
La sana interpretación de la pérdida de mi mamá, el comprobar que puedo mantenerme ecuánime no importa que pase afuera, que ha sido una bendición haber nacido mujer.
Agradezco a Dios y a mi madre que me trajeron al mundo, por estos maravillosos veintinueve años de vida, por las pérdidas que más tarde se han convertido en regalos.
Gracias por esta liberación y esta paz, por permitirme vivir con todos mis sentidos, por conocer a gente maravillosa que me quiere genuinamente.
Gracias por permitirme traer al mundo a un niño perfecto, fuerte y noble, genuino, inteligente, paciente, valiente, juicioso, porque con él he experimentado el amor más limpio y transparente, y también, el más incondicional.


Gracias a la vida, que me ha dado tanto. http://www.youtube.com/watch?v=cIrGQD84F1g

viernes, 29 de octubre de 2010

Segunda catarsis para superar el miedo

Ayer, después de haber tenido un día agitado, árido y desangelado; me dirigía a casa de un amigo, la idea era terminar el día de manera hermosa a propósito, para no seguir sintiendo que el corazón se me escapaba; quizá sea mejor decir, el alma.

Jamás me ha gustado salir a la calle cuando llega la noche; las pesadillas más terribles de toda mi vida se desarrollan en escenarios oscuros, y los momentos que más terror me causan de la infancia ocurrieron de noche.
Ayer, debido a que la situación lo ameritaba, salí de noche. Una vez que abandoné mi territorio -una avenida que transito todo el tiempo- decidí que para sentirme más segura (pues ya iba sudando frío debido a mi semi paranoia) tomaría un taxi, que además me depositaría en mi destino a la hora acordada; y así lo hice.

Todo se volvió aún más oscuro en sólo un segundo, no sé en qué punto perdí de vista la avenida; sólo recuerdo calles oscuras y casas que lucían deshabitadas, mucha gente, muchas sombras...

(...)

Antes de decir una palabra, disqué el número de mi amigo en el celular; entonces sin adivinar si contestaría -más tarde supe que no hubo respuesta- comencé a hablar, a decir palabras que nunca se conectaron con mi cabeza, ni antes, ni después de salir.

- ¡No te muevas,  cállate y nada te pasará!

Entonces lo vi, su sonrisa, lo que dijo cuando lo dejé donde su abuela. -¡Te voy a extrañar!

Tiré mi bolsa, sin hablar, la mirada fija en el fondo, rogando a Dios que no me abandonara, que todo acabara pronto.

(...)

Me escuchó.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El Amor en tiempos del Bicentenario

Es tristísimo ver (escuchar, aceptar, prácticar) las relaciones humanas en estos tiempos.

Aún cuando la existencia de personas leales se sigue viendo, la de las fieles está en peligro de extinción con poquísimos ejemplares que han podido sobrevivir a la evolución; y por evolución entiéndase el pésimo concepto que aplican las mujeres del feminismo y el pésimo concepto que manejan los hombres de ser open mind.

Yo no sé si peco de "tonta" o si me paso de inocente, fue en el 2008 mientras trabajaba en un despacho de ingenieros que escuché por primera vez a un hombre tocar el tema de la infidelidad como si se tratase de algo no sólo común, sino de algo normal, aceptable. Dicho personaje comenzó y concluyó su historia y yo seguía sin creerla; en mi cabeza no existe tal concepto, no podría comprometerme con alguien sin comprometerme, de hecho.
He llegado al punto de serle a fiel a un hombre sin garantía de compromisos por su parte, así que eso da una idea de lo que la fidelidad significa en mi vida.

Y es que ni hablar de comprometerte con alguien si no puedes comprometerte contigo mismo, acaso en otros aspectos serías igual de "flexible", ¿venderías tu dignidad o tus creencias al mejor postor?, aunque no haya dinero involucrado, eso en mi pueblo se llama prostitución. Y ya me sé los pretextos que inventa la gente en un grito desesperado por justificar sus actos, para mi no es más que doble moral, mentirse, jugar con fuego y al final, no ser nadie para nadie, nadie para ti; y lo peor, nada de ti para ti mismo.

¿Cuál es el resultado de esta ecuación?

Y no digo que podría estar en una relación que "deba" ser, sin embargo, sé que mentirle a los demás no es otra cosa que mentirse a uno mismo, y vivir en la falsedad disfrazada de idealismo está de la re-chingada, no importa de cuánta gente sepa que ya ve en la infidelidad algo aceptable -o como en estos tiempos del bicentenario- o peor aún, un ingrediente más para formar relaciones amorosas, yo seguiré queriendo algo importante para mí, algo consistente, consciente, relevante.

Y no puedo respetar a quien manejan esta situación como un modus vivendi, creo que dado que ésta entrada aplica a la verdad, con toda la humildad les aconsejaría que no se llamen a sí mismos hombres y mujeres comprometidos y que si no aman, respetan y son fieles a sus parejas, como mínimo no traigan hijos producto de ésas relaciones a seguir sus fatales patrones.

No basta ser leal, es necesario serte fiel (y a los demás).

lunes, 6 de septiembre de 2010

Cuetes, pulque y ¡basura!


Este fin de semana hubo feria en "mi pueblo",  con motivo de (obvio) el aniversario de un santo; el sábado estuvo tranquilo, en realidad todo el fin porque estuvo lloviendo; sin embargo, da pena ver lo que estos acontecimientos realmente son y sus consecuencias. Como en casi todos las comunidades, la gente aprovecha para beber como si el alcohol fuera a terminarse al día siguiente, los chavos para bañarse en espuma que siempre termina bañando a algún inocente; hay comida chafísima, vieja, con exceso de un aceite negro.
Como consecuencias la mayoría de las ferias deja a su paso un tapete de basura y de olores desagradables, hasta al más ecologista se le olvidan los buenos hábitos de no tirar basura en la calle; hoy que salí temprano era una cosa muy desagradable.
Y para fregarla, no faltan 2 ó 3 borrachitos con una imagen espantosa que te salen al paso acostados en banquetas como si estuvieran en la playa.
En realidad todo esto no me había molestado jamás, puedo decir incluso que no lo notaba, es increíble las cosas que comienzo a percibir.
Cuando mi mamá vivía la feria era el mejor acontecimiento del año, porque reunía a toda su familia en una comida deliciosa, no parábamos en la dichosa feria, porque dentro (de la casa) estábamos mejor, felices; convivíamos, entonces jamás escuché hablar mal a una tía de la otra, entonces todo era risas y bromas; entonces ella estaba conmigo y el día lo terminábamos con café y sintiéndonos agradecidas por el lugar que ocupábamos en este mundo.
Ayer, día más relevante de la feria, lo pasé encerrada, viendo llover, escribiendo, terminando pendientes y creando unos nuevos, haciendo zapping y comiendo las 12 hrs que estuve despierta.
Sola.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Hijos de "la chingada"

Pueden llamarme ignorante y lamento mucho que así sea, en realidad no tanto porque no hay quién lo sepa todo en este mundo, aunque el detalle a compartir si "debería" saberlo pues de ahí vengo.

Resulta que ahora con todo este rollo del bicentenario, y que todos andamos en chinga queriendo aprendernos la historia de México para tener qué decir en las conversaciones sobre dicho tema, que valga decirlo, son las más frecuentes; cierto día haciendo zapping le dediqué cinco minutos de mi valiosísimo tiempo a un programa de t.v. por cable en donde entrevistaban a una chava que acaba de escribir un libro sobre la palabra "chingar".

Y fue aquí donde me enteré que la expresión "la chingada" viene desde La Malinche, pues así le decían a su hijo Martín, producto de su relación con Hernán Cortés y por obvias razones de cómo le fue a ésta famosa mujer.

Así que desde que conocí de esta verdad, me he prometido no volver a utilizar la expresión "hij@ (s) de la chingada", que si, todos somos hijos de la chingada, pues parir no es precisamente un lecho de rosas y las madres siempre quedan como pateadas por un burro; pero más respeto para quienes tuvieron LAS FALDAS para traernos a este mundo.

TAN, TAN